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¿Cuál es el mejor entrenador para mi equipo?
Ante semejante pregunta, puede parecer que haya multitud y variedad de respuestas.
Me atrevería a simplificar un poco, resumiendo gran parte de las posibles, que nos podrían abrir el interesante debate.
Sin dudarlo, el mejor entrenador para el equipo, es aquel que puede ayudar al equipo, al Club, a conseguir los principales objetivos del mismo.
Los objetivos de un Club pueden ser varios, principalmente se podrían dividir en dos grandes grupos: objetivos deportivos o competitivos y objetivos sociales, educativos o comunitarios.
En este artículo me centraré en los objetivos sociales, educativos y comunitarios, que, en todos los clubs deportivos, y máxime en aquellos con una fuerte presencia de equipos en categorías de formación o bien escolares, son fundamentales.
Me atrevería a decir, que un Club que no disponga de un ideario, un documento aprobado y consensuado con toda la junta, dónde están reflejados los aspectos formativos o educativos, es un Club que desarrolla muy poco su capacidad, se queda con la mitad del pastel, crece más lentamente, y hace un flaco favor a sus deportistas.
Pero volvamos a la figura del entrenador, según la RFEF, las categorías inferiores, de base o formativas, incluyen desde pre-benjamín a infantil. En estas categorías, sobre todo en las primeras, la figura del entrenador transmite muchísimo con su forma de actuar, hablar y comportase, siendo para muchos padres, una preocupación constante, y tema frecuente de conversación, el ejemplo que transmite el entrenador a sus hijos.
Por el contrario, palabras más propias de la faceta competitiva o técnica como: competición, clasificación, ganar, etc., no suelen salir en las conversaciones de estos padres preocupados por una formación integral de sus hijos. Es normal, los padres ven en el deporte, mucho más que el objetivo de la suma de puntos, ven una “actividad global” para sus hijos.
El entrenador, acompañado por responsable de formación del Club, debe seguir un planning de trabajo, en el que aparezcan estos grandes valores que mayoritariamente buscamos en la sociedad y que como hemos dicho, deben estar reflejados en el ideario del Club: generosidad, compañerismo, puntualidad, orden, esfuerzo, convivencia, humildad, etc.
En los entrenamientos y en los partidos, debemos buscar cómo conseguir trabajar todos estos aspectos. Empezando por nuestra propia puntualidad y también la de ellos al empezar los entrenos, ver como recogen su ropa en la bolsa de deporte, como tratan a sus compañeros, que relación existe fuera del Club (sería absurdo, en esas edades, hacer caso omiso a esa relación), cómo evolucionan académicamente, como aceptan la derrota, como se preocupan por la lesión o enfermedad de un compañero…
A estos valores, también les podemos llamar virtudes, cuando este hábito repetido y bueno, lo llegamos a incorporar -no sin esfuerzo- en nuestro carácter, en nuestra forma de ser.
Uno de los factores que nos ayudará a darnos cuenta si educamos correctamente en el deporte, si soy un buen entrenador, si realizo bien mi labor de entrenador / educador, es si procuramos dar todas las herramientas, todos los recursos para que cuando compitan, quieran y luchen todo lo posible para ganar, pero también que sepan perder.
En una frase: ¿Educamos correctamente en el deporte? La clave: querer ganar, saber perder, que como usuario habitual de Twitter resumo en: #QuererGanarSaberPerder.
Saber perder no es fácil, nada fácil, ahí interviene el carácter, la virtud de la fortaleza, de la humildad,… muchos de los aspectos, virtudes y valores que aparecen en un plan de entrenamiento completo.
Por otro lado, te anoto una visión rápida, comprensible y positiva de la derrota, que nos puede ayudar a educar a “perder”: en cada derrota podemos descubrir una oportunidad de mejora, una ocasión en la que nos podemos examinar para ver qué ha fallado y en qué aspectos podemos mejorar, una oportunidad para ver qué debemos cambiar.
Como educador, no le quites importancia a la derrota, deja que se enfrenten a ella.
Para transmitir estos valores, hay que vivirlos, sabemos que lo importante en la educación es no sólo que la gente haga y sepa hacer lo que es correcto, sino que además disfrute haciéndolo; no sólo formar para hacer buenos deportistas, sino hacer que sean buenas personas, porque una mala persona nunca llegará a ser un buen deportista ni un buen profesional.
En muchos de estos valores, la clave está en la anticipación, teniendo los conocimientos (formación y ganas) para poder prever determinadas situaciones.
Las grandes empresas, los grandes proyectos siempre han salido adelante gracias al trabajo de un equipo, de un grupo de profesionales que procuran un objetivo común. Por esto, el entrenador o “coach”, en estas categorías, debe estar muy arropado por el equipo directivo y disponer en la medida de lo posible de personas dentro del club que se responsabilicen y trabajen juntamente esta parta más formativa, educativa, pedagógica, para poderla trabajar, hacer crecer y mejorar, de forma conjunta, con la deportiva.
Creo que los equipos y clubs, deberían dar más importancia a la ética y a la formación integral de sus deportistas, igualando en los equipos de futbol base, la carga educativa/pedagógica, con la técnica/deportiva.
Ser un buen entrenador pasa por fijarse en esta retahíla de detalles que hemos mencionado, hay muchos más, pero es en esas pequeñas cosas, en esas luchas para conseguir esos hábitos, es lo que nos hace, les hace, mejores personas.
Resume gran parte de los hablado, una frase de Pierre de Coubertin -considerado el fundador de los Juegos Olímpicos modernos-: “El Espíritu Olímpico trata de crear un estilo de vida basado en la alegría del esfuerzo, en el valor educativo del buen ejemplo y en el respeto universal de los principios éticos fundamentales”. Si no vives íntegramente, dando la importancia que tienen las virtudes y las relaciones humanas, raramente serás un buen deportista.
Y termino con un par de frases, que como entrenador, líder o responsable de un equipo no podemos olvidar en la competición:
“Ningún jugador es tan bueno como todos juntos” (Di Stéfano).
“Prefiero ser buena persona a ser el mejor jugador del mundo” (Messi, octubre 2012, CNN).
Alex Porqueras – @aporqueras