He tenido la suerte de poder ver durante años a los Reyes Magos. Sí, es una suerte, lo sé. Por lo que yo vi, no eran tres, eran dos y eran los mejores reyes magos que he visto en mi vida.

Se las arreglaban para que siempre hubiera algo en los zapatos, debajo del árbol, al lado del pesebre, alguna cosa, lo que fuere. Al tercer Rey nunca lo vi, pero seguro que lo dejaban cuidando los camellos.

Nunca, nunca olvidaré a los dos reyes magos que he visto. Estoy seguro que tú también los debes haber visto y sabes quiénes son y sabes que son más magos que reyes. Hoy día de reyes, si puedes, acércate a tus reyes y procura darles un beso y los que ya no están, que sepas que, desde el cielo, siguen con misma preocupación, pero con mayor eficacia todos nuestros asuntos, preocupaciones y todas las peticiones que tenemos. Allí están y estarán entregando ilusiones y sonrisas…

Gracias a ellos es posible que ahora te hayas convertido en rey y en mago. Y lo mejor que podemos dejarles a nuestros hijos, es esa magia que los convertirá en reyes y en magos…. Y tal vez, dentro de unos años, seremos nosotros quienes recibiremos ese beso…

* El origen de este texto, por lo que he podido saber en enero 2021, tiene su origen en un libro titulado «Vaya usted con Dios» de la escritora Argentina Liliana Santacroce. ¡Felicidades por este cuento!

Yo lo conocí a través de uno de los muchos mensajes recibidos por whatsapp estos días. Me ha gustado, y con alguna adaptación, y lo quería compartir contigo. Se lo dedico, no podía ser de otra forma, a mis Queridísimos Padres.

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Un cordial saludo,

Alex Porqueras