* Artículo publicado en newsletter número 4 de la Federación Catalana de Fútbol, enero de 2022. Revista del Departament d’Òrgans Jurisdiccionals i Comissions de l’FCF.

Uno de los elementos que probablemente genera mayor número de críticas en la competición deportiva, y en mayor medida en el fútbol, es el árbitro. ¿Por qué ese desprecio al árbitro? ¿Le respetamos?

La figura del árbitro, como elemento a tener en cuenta por su trabajo, no la debemos olvidar o dejar de poner en valor.

¿Te imaginas tomando una decisión en tu trabajo y que tu jefe o tus clientes, en ese mismo momento, sin haber terminado ni tan siquiera la frase o comprobado la documentación, te criticaran o hasta te insultaran…?

El árbitro, también llamado «Tutor de juego» en algunas competiciones escolares, debe tomar unas decisiones puntuales y concretas en segundos, en décimas de segundo… Estas decisiones, consecuencia de actuaciones de los jugadores, perjudican o favorecen, a veces de forma definitiva, a uno de los equipos.

Por otro lado, sobretodo en el deporte escolar o en el deporte infantil, la figura del árbitro, además de su labor de juez, añade una vertiente educativa dentro del terreno de juego, aportando un elemento pedagógico extra que fomenta los valores y debería ayudar a ponerlos en práctica en cada situación concreta.

¿Es posible una competición deportiva sin árbitros? Mayoritariamente todos vemos clara su necesidad. ¿Por qué entonces les criticamos, les insultamos con tanta facilidad, y la mayoría de veces ni les agradecemos su trabajo?

Algunas personas empiezan a hablar del VAR de la honestidad: Ver, Animar y Respetar [Ángel Andrés – Árbitro de la paz]. No tan sólo a nivel de jugadores y deportistas, sino también, y en muchos casos en primer lugar, desde la grada y los propios aficionados.

Otra iniciativa como la de: No seas Hooligan, que está llevando a término la Fundació Brafa, nos pone evidencia, a través de videos cortos y directos, situaciones que ayudan a reflexionar. 

Puede ayudar a destensar la situación, y ponerla en contexto, esta imagen que seguro habrás visto circulando hace tiempo por internet una imagen que dice de modo gráfico: de cada 1.000 niños que juegan a fútbol, sólo 1 llega a profesional; de cada 10.000 niños que juegan a fútbol, sólo 1 llega a jugar en una de las 50 mejores ligas profesionales; de cada 100.000 niños que juegan a fútbol, sólo 1 acabará jugando en uno de los 50 mejores clubs del mundo. Por eso, no podemos olvidar que primero personas…, después futbolistas.

El deporte es afición, es competición, es diversión, es actividad física…También a nivel profesional un partido – el deporte – debe ser diversión. 

Por otro lado, olvidar que la práctica deportiva, sin dejar de lado la competitividad –que es fundamental–, tiene un componente importante de diversión, es olvidarse de lo esencial.

Ante las situaciones desagradables, excesivas y demasiado repetidas que vemos en muchos padres en los partidos, me viene a la mente una frase que me gustaría decirles y que utilizo a menudo: ¿Educas/mos correctamente en el deporte? ¿Quieres que esa actividad deportiva sea educativa y positiva para tu hijo? Si la respuesta es afirmativa, la clave es: querer ganar, saber perder, que como usuario habitual de Twitter resumo en: #QuererGanarSaberPerder.

Saber perder, en su versión negativa: no saber perder, suele ser la razón principal de esas quejas o enfrentamientos con el árbitro. Sabemos que aceptar la derrota, o el error de un tercero que me afecta directamente, no es fácil, nada fácil, ahí interviene el carácter, la virtud de la fortaleza, de la humildad… 

Tejo te dejo una visión rápida, comprensiva y positiva de la derrota, que nos puede ayudar a educar a “perder”: en cada derrota podemos descubrir una oportunidad de mejora, una ocasión en la que nos podemos examinar para ver qué ha fallado y en qué aspectos podemos mejorar, una oportunidad para ver qué debemos cambiar. No mires sólo la paja en el ojo ajeno, mira la viga del tuyo.

Como educador: no le quites importancia a la derrota, deja que se enfrenten a ella.

En el aspecto educativo del deporte, los niños son esponjas: captan, y aprenden de las actuaciones de sus referentes (padres, entrenadores, …). ¿Cómo queremos potenciar los valores de respeto, humildad o resiliencia si, ante actuaciones arbitrales (sean del nivel que sean), criticamos, desprestigiamos y despreciamos a esa persona?

Para terminar, me quedo con una frase que Johan Cruyff dijo a sus jugadores en la final de Wembley de 1992 y que deberíamos repetir a nuestros hijos y jugadores: “Salid y disfrutad”

Alex Porqueras – @aporqueras