«El hombre es un ser social por naturaleza«, que vive en sociedad y que se relaciona con los demás. La afirmación inicial es de Aristóteles (384-322, a.C).  Una afirmación que constata que todos nacemos con esa característica social, y la vamos desarrollando a lo largo de nuestra vida. Necesitamos a los demás para desarrollarnos, para crecer, para sobrevivir.

Para iniciar esta reflexión sobre la convivencia acudo a Tartarín de Tarascón, personaje ficticio, fantasioso y aventurero, al que se le relaciona con la idea que uno de sus objetivos era cazar leones por los pasillos de su casa. En nuestro caso, dudo que el objetivo sea cazar en casa, pero si que hemos de procurar como objetivo, hacer de nuestro día a día, en nuestras pequeñas cosas de cada día, un lugar más agradable a los demás.

japonSeguramente conocerás el suceso, por ser muy mediático en su momento, del equipo de fútbol de Japón, que en su eliminación del mundial de Rusia 2018, dejó los vestuarios impolutos, además de dejar una nota de agradecimiento a los organizadores.

Este detalle de la limpieza de los vestuarios, es frecuente verlo en el mundo del Rugby. Una costumbre, según parece, iniciada por los All Blacks en su eliminación del mundial de 2007.  Esta idea, además de pensar en los demás, busca también fortalecer el carácter grupal de equipo, en un entorno que puede estar repleto de egoísmos y vanidades.

Esos pequeños, y no tan pequeños detalles, vividos en casa o en los entrenamientos, ese saber escuchar o dedicar una sonrisa, dejar las cosas recogidas, facilita indiscutiblemente la convivencia: aceptar puntos de vista diferentes; saber pedir perdón; escuchar hasta el final las intervenciones; agradecer favores; ayudar a llevar un material; ponerse a disposición ante una preocupación de un amigo…

Si todos, procuramos vivir esas normas o costumbres (pensadas habitualmente para el bien común), que también nos transmiten en el Club o en nuestra familia, ayudarán a mejorar esa convivencia. Sobre el ambiente en el Club, te recomiendo el post que escribí hace tiempo sobre Los valores del deporte.

Aunque alguno opine lo contrario, y así me lo han manifestado alguna vez, personalmente creo que todos, debemos pensar menos en «mí» y más en los demás.

Cuidar el «tono humano»,- esa buena educación en las formas, en el vestir, el hablar-, hace más fácil convivir y, con esas buenas maneras, manifestamos también nuestro respeto hacia los demás.

Hace unos días pude asistir a una interesante conferencia en el IESE, de Kirsten Sánchez, directora financiera de Henkel Ibérica. Haciendo un resumido resumen y por fuerza incompleto de la misma, una de las condiciones que debe tener un líder, es la tolerancia, la compresión y la necesidad de escucha a los demás… #MenosYoMásLosDemás.

Para terminar, recuerdo una frase de un libro que me gustó y que se quedan como uno de aquellos de referencia, de reflexión. Me refiero a «La paradoja», de James C. Hunter, allí en un titular de la contraportada, aparece una idea que se va desgranando en la páginas interiores: «Esta es la gran paradoja: para liderar hay que servir.»

Alex Porqueras – @aporqueras