«Cuando estás rodeado de personas que comparten un compromiso apasionado en torno a un propósito común, todo es posible» Howard Schultz, Fundador y Presidente de Starbucks.
El compromiso, además de ser un valor esencial en el deporte, es uno de los valores “fundamento” de toda relación, de la vida en sociedad.
En el deporte el valor del compromiso permite crecer y construir, muchas veces de forma altruista, valorando el desarrollo, el esfuerzo, la relación por encima del mero resultado. De este modo, se comprende el respeto mutuo y se entiende la confianza que tenemos con nuestros compañeros.
En el equipo, es fundamental poder contar con esa lealtad de todos los jugadores en la misma lucha por una meta, en no tirar la toalla hasta llegar a destino. En el deporte individual, este compromiso es parte inherente en la relación deportista y entrenador.
Un compromiso que empieza de forma muy básica con la asistencia a los entrenos, a los partidos y al respeto del ideario del Club o Federación.
En categorías base, un compromiso de asistencia asumido por el jugador, pero mantenido y ratificado por los padres. Es importante valorar la rara conveniencia del castigo de algunos padres de: “te quedas sin jugar el próximo partido”. Hay que tener en cuenta que ese castigo penaliza no sólo al tu hijo, sino al resto de componentes del equipo. Por otro lado, suele dar buen resultado, educativamente hablando, pactar las consecuencias de esa mala actuación, sabiendo por ambas partes a qué te enfrentas si algo no funciona, consecuencias que pueden ir orientadas a restricciones de cosas complementarias: el uso del móvil, los videojuegos, salidas, etc.
Es conocido que la mayor parte de entidades deportivas han nacido y se han desarrollado gracias al compromiso, y de forma altruista la mayoría de veces, de padres y directivos que han “peleado” por esa entidad, para que sea trampolín y lugar de práctica deportiva de sus hijos o conocidos. ¿Lo tienes en cuenta y se lo has agradecido?
En el fondo, el ser fiel a un compromiso, nos hace mejores personas, mejores deportistas y más comprometidos con la sociedad. No debo ser una veleta que gira hacia un lado u otro dependiendo del viento que sople.
Termino con otra cita, esta vez de unos de los grandes personajes del siglo XX: S. Juan Pablo II: «El compromiso es la respuesta valiente de quienes no quieren malgastar su vida sino que desean ser protagonistas de la historia personal y social.»
Alex Porqueras – @aporqueras
En la primera teórica del primer entreno de la temporada, pintaba dos cosas en la pizarra: el trayecto Zona Franca – Nou Barris para explicar que aveces la Ronda me jugaría malas pasadas, y esta palabra en mayúsculas: COMPROMISO.
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totalmente de acuerdo… es una de las palabras que merecen ser escritas siempre en mayúsculas COMPROMISO
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