Uno de los valores más admirados en el mundo del deporte es la fortaleza: aquella capacidad de sobreponerse, de superar una dificultad, una situación adversa.
En palabras de Rafa Nadal, en una entrevista de junio de 2011: «…lo que te hace ganar es querer ganar y querer hacer todo lo que toca para ganar. Querer trabajar cuando no te apetece. Saber aguantarte en los momentos complicados pensando que van a cambiar. Ser lo suficientemente tozudo para pensar que las cosas saldrán bien cuando no salen a la primera ni a la décima…»
Como todas las virtudes (entendemos como virtud la materialización, el poner en práctica de forma habitual, un valor), hay que trabajar para conseguirla, hay que poner constancia diaria para lograr adquirir ese objetivo. A modo de ejemplo, y por empezar por algún sitio, nada mejor que por el primer momento del día, ese momento mítico: «el del despertador».
Durante el día podemos tener mucho momentos «despertador», ánimo con cada uno de ellos! No de desanimes si te das cuenta que alguno no lo has conseguido superar a la primera.
Mi fuerza física me hace imparable, pero mi fuerza de voluntad, mi fortaleza, me hace indestructible!