¿Qué madre o padre no se ha planteado alguna vez si debe exigir más a sus hijos para las faenas del hogar, para cumplir un horario, …?
La familia es ese lugar donde quieres a uno por lo que es y no por cómo es, y es allí, cuando esa exigencia se fundamenta en querer lo mejor para el otro.
Cinco ideas, por si te sirven:
1. Los padres tienen que ejercer la autoridad con sus hijos con coherencia, sentido común y exigiendo de forma individual a cada uno de los hijos.
2. La autoridad se debe ejercer en unidad de decisión entre marido y mujer, y nunca dudando de la decisión del otro delante de los hijos.
3. No olvides que ejercitar esa autoridad requiere un clima de confianza, clima que no excluye firmeza, decisión y ejemplo.
4. Ayúdales a obedecer con motivaciones positivas. Importa mucho señalar el “porqué”; no basta señalarles el “qué” y el “cómo”. Aprender de un error es un universo de mejora.
5. Una vez dada una indicación, llegar al final, si se acostumbran a oír una indicación varias veces, sin resultado; y así día tras día, se desgasta nuestra autoridad y cada vez habrá que ejercerla de forma más dura para lograr resultados.
Para terminar dos reflexiones:
La primera: “Para servir, servir” idea de un fantástico libro qué leí hace tiempo: “La Paradoja”, de James C. Hunter. El autor catagoriza el libro en el liderazgo, y que mejor liderazgo que aquel de madres y padres en la familia.
La segunda: Tuit del Papa Francisco @Pontifex.es del 11 de abril: “La familia es el primer lugar donde se aprende a escuchar, a compartir, a soportar, a respetar, a ayudar”.
#autoridad: Ver todo, corregir poco, disimular mucho!
Alex Porqueras – mayo 2016