Semana tras semana, los viernes tarde y/o los sábados por la mañana, el deporte escolar ha sido una de mis habituales y fantásticas ocupaciones.

La mayoría de estos partidos, han sido encuentros entre jugadores alevines, infantiles o cadetes, muchos de ellos en la competición de deporte escolar de L’Hospitalet de Llobregat o bien de Barcelona.

Últimamente, con el paso del tiempo y mi mayor implicación en temas sociales, sin dejar de lado mi vinculación, mayor si cabe, en el mundo del deporte, he pasado de llevar equipos directamente, a asistir a los encuentros viéndolos desde otra perspectiva. Por otro lado, he podido asistir a algún partido arbitrado por uno de esos jugadores que estaban en mi Club, que su pasión por el deporte le ha llevado al mundo del arbitraje.

Hace unas semanas, uno de estos antiguos jugadores, ahora árbitro que pitaba un encuentro de fútbol federado entre equipos alevines, 10/11 años, fue el centro de estas declaraciones:

  • “Dile a tu amigo, al árbitro, que aprenda a pitar, que es un desgraciado…”
  • “Que [insulto a su madre]”
  • “Dile que le vamos a esperar fuera y le enseñaremos”
  • Etc.

Me lo explicaba un amigo suyo, jugador de mi Club, que fue a ver como arbitraba y pudo vivir en primera persona esta desgraciada situación. Le habían relacionado con el árbitro porque un rato antes de empezar el partido, desde la banda le había saludado.

Me hubiera gustado estar allí, aunque en ese momento de bullicio, no sé qué hubiera dicho a esos mal educados, hooligans y poco amantes del deporte. Quizá sólo les hubiera dicho que si ese fuese su hijo, ¿le gustaría que le dijeran eso y le trataran así?

Como decía en otro post “Otra grada es posible”, si esos padres no son capaces de cuidar y vivir algo “tan pequeño” como el respeto al árbitro o al entrenador, en medio de la grada junto con el resto de los padres, ¿Cómo actuará en casa cuando esté sólo con sus hijos?

De tal palo, tal astilla:

Aunque, gracias a Dios, en mis muchos partidos de deporte escolar, esta acción es “rara avis”, como espectadores no debemos dar cabida a estas actitudes, ¡de ti depende! Entre todos lo podemos cambiar.

Para terminar, me atrevo a hacerte dos recomendaciones:

1.- Un escrito sobre el respeto al árbitro: El árbitro: ¿desprecio permitido?.

2.- Post: «Campeón de Campeones«, de mi amigo José Iribas. No habla directamente sobre deporte y valores, pero si sobre los valores del deporte y de la vida. Una lectura de 3 minutos a raíz de la película “Campeones” y el reciente Goya. Por supuesto, una película que no te puedes perder.

Alex Porqueras – @aporqueras